miércoles, 18 de mayo de 2011

Situación de incremento del costo de la vida para el año 2009.

CUALQUIER PARECIDO CON LA ACTUALIDAD ES PURA COINCIDENCIA.

Situación del aumento del costo de la vida para el año 2009.

Artículo publicado en analítica.com

Artículos de lujo moderado, de consumo normal para la clase media, suben día tras día, e incluso los de higiene personal se han trepado a niveles desconocidos.
¿Quiere llevar a su novia a un restaurante en Caracas? O ¿digamos que se puso íntimo y prefiere sorprenderla con un buen vino y unos embutidos importados a la luz de las velas?
Cualquiera que sea su respuesta, más le vale prepararse porque su bolsillo, seguramente, saldrá resentido, en vista de los altos precios que últimamente exhibe cualquier artículo lujoso, sea un poco de jamón serrano o una crema hidratante para el cuerpo.
El aumento se percibe con fuerza desde hace un par de meses, cuando de pronto un queso emmental suizo pasó de costar 140 bolívares el kilo (65 dólares ó 132 mil pesos) a 202 bolívares (93 dólares, casi 190 mil pesos); o el preciado jamón ibérico trepó de casi 50 dólares el kilo a 80 dólares, con la misma rapidez con la que usted lee este párrafo.
Incluso si la cena no es en un local lujoso (en ese caso la comida para dos personas, con una botella de vino alcanzará fácilmente los 200 dólares) y prefiere acomodarse en un restaurante menos pretencioso con un menú light, el wrap de pollo -sí, pollo- que hace un mes le costaba 36 bolívares (16 dólares, unos 32 mil pesos) hoy le costará 52 bolívares (24 dólares, casi 49 mil pesos).
Las pastelerías más importantes de la capital venezolana también se 'ajustaron' al boom de los precios, y el postre también le saldrá caro: 9 dólares por un croissant de almendras ó 10 dólares por una ración de torta de queso con arequipe.
Por cuestiones de la ley venezolana que rige el control de divisas que hay en el país, todos los precios deben calcularse según el dólar oficial, cuyo precio es de 2,15 bolívares, y así están reflejados en este artículo.
Sin embargo, la realidad del mercado venezolano es que los precios se fijan de acuerdo con el monto del dólar paralelo o negro, que triplica en valor al oficial y es al que cada vez más importadores y comerciantes acuden para poder cumplir sus compromisos de pago con los acreedores, en vista de las crecientes restricciones y condiciones impuestas por el Gobierno para adquirir los dólares oficiales.
80 por ciento
Pero además de que la clase media cada vez lo tiene más difícil para darse un gusto o un placer y cada vez se ve más forzada a cambiar sus hábitos, el hecho de que Venezuela importa un 80 por ciento de sus productos de consumo ha llevado el salto de los precios a ser un problema para casi todos los bolsillos.
A lo que se suma que para el venezolano es ya casi una costumbre ver cómo, semana tras semana, cambian las etiquetas en los mercados.
El año pasado, la inflación acumulada fue del 30 por ciento y la proyección más optimista del Gobierno es que este año cerrará en 26 por ciento. Ya no se trata sólo de la señora de clase media que comenta indignada en una tienda el precio de unos jeans, 380 bolívares, que al cambio oficial significan unos 176 dólares. Para Érica, habitante de un barrio en el municipio Baruta y madre de dos hijas, el asunto es una emergencia.
"Yo hago mi mercadito cada 8 días, sin falta, y cada vez dejo más cosas. Con 200 mil bolívares (casi 100 dólares) hoy me llevo la mitad de lo que me llevaba hace unos meses. Antes uno recortaba la carne, pero hoy me tocó dejar unas papas (cuyo precio alcanzó casi los 5 dólares el kilo) y unas cebollas, porque el kilo llegó a 12 bolívares (cerca de 6 dólares el kilo). Uno antes se redondeaba con las verduras, pero ahora ni eso", conversa con EL TIEMPO.
En otros rubros, como los productos de higiene personal, el aumento ha sido dramático, con cremas dentales que al cambio oficial alcanzan los 5 y 6 dólares (hasta hace dos meses estaban en casi 2 dólares), champús a 10 dólares (estaban a casi 7 dólares), cremas que pasaron de 14 a 26 dólares y pañales desechables que pasaron de 30 a 50 dólares el paquete.
Érica explica cómo sobrelleva el salto de los precios: "Compro la marca más barata de todas o el pote más chiquito y yo misma se lo doy a las niñas".


Entrada publicada por: Fernando Azpurua.

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