miércoles, 11 de mayo de 2011

El salario bajo asedio

 
Víctor SalmerónJueves, 14 de abril de 2011

Básicamente el deterioro se debe a que la mayor inflación de América Latina ha mermado el poder de compra del salario y no hay razones para ser muy optimista respecto a este año


La mayoría de los venezolanos recuerda con alegría la navidad de 2008, cuando las estadísticas señalan que tenían más dinero en el bolsillo, la nevera llena, ropa nueva y un carro o moto china recién adquirida.

Los dos últimos años no son igual de felices. Los números del Banco Central indican que en 2010 el consumo de bienes de los hogares, una categoría que incluye alimentos y bebidas, textiles, calzado, muebles, artefactos del hogar, electricidad y agua, entre otras variables, cae 4,9% respecto a 2009 y si se contrasta con 2008 el descenso es de 11,7%.

Básicamente el deterioro se debe a que la mayor inflación de América Latina ha mermado el poder de compra del salario y no hay razones para ser muy optimista respecto a este año.

En el primer trimestre la inflación acumula un salto de 6% versus 5,8% en 2009 y 4,8% en 2008, es decir, se trata del mayor avance de los últimos tres años.

Otro tema a tomar en cuenta es que el núcleo inflacionario, un termómetro que mide la evolución de los precios limpiando factores estacionales como el que en la época de cosecha los productos agrícolas dejan de aumentar, o la contención temporal que causan los controles, tampoco permite festejar.

En el primer trimestre el núcleo inflacionario acumula un alza de 7,7% versus 6,5% en el mismo lapso de 2010.

El Banco Central no ha anunciado cambios en su política, de hecho, Nelson Merentes, su presidente, explicó la semana pasada que la expectativa es que la inflación “no se escape”.

Así, todo indica que el poder de compra del salario seguirá perdiendo terreno y por tanto las familias dependerán en mayor medida de las transferencias de renta petrolera que pueda hacerles el Gobierno.

Econométrica precisa en su último informe que “la participación de la renta externa petrolera en el financiamiento del consumo y el ahorro de los hogares pasó de 5% en 1998 a 23% en 2010”.

Se trata de una sociedad más dependiente de petrodólares que en buena parte, llegan al país gracias a que el barril aumenta de valor por factores que no están bajo nuestro control y luego son repartidos por un Estado que organiza a la población en captadores de renta.
http://www.analitica.com/va/economia/opinion/2770554.asp
MARÍA GABRIELA DA SILVA

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